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🌎Stablecoins en LATAM: Adopción, Usabilidad y Oportunidades en DeFi

América Latina lidera en uso de stablecoins, pero enfrenta desafíos de producto, regulación y adopción real.

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(Lectura de 6 minutos)

LATAM es una de las regiones más activas en adopción cripto, pero también una de las más incomprendidas por los desarrolladores DeFi.

Muchos llegan con la bandera de “inclusión financiera”, pero pocos entienden realmente lo que eso significa en este continente. ¿Estamos frente a un modelo viable para el día a día del usuario latino… o solo frente a otra narrativa más?

Para responderlo, realizamos una investigación y escribimos un reporte de 46 páginas donde analizamos a fondo el estado de las stablecoins en la región, los desafíos que enfrentan, y las oportunidades que podrían cambiar el panorama. 

Si te interesa ir más allá del artículo, al final podrás descargar el reporte completo:

“Stablecoins en LATAM: Refugio Financiero ante la Inflación y Mecanismo Eficiente de Pagos Transfronterizos”

Ese análisis nos llevó a una conclusión clara:

Todos quieren conquistar LATAM. Pocos entienden cómo.

LATAM es tierra fértil para la adopción cripto. Y no por hype, sino por necesidad: inflación, devaluación, controles de capital, corrupción, sistemas bancarios lentos y excluyentes.

Se estima que más del 40% de la población adulta en América Latina no tiene acceso a una cuenta bancaria formal, y más del 60% trabaja en la economía informal. Esto convierte a la región en un entorno donde lo digital muchas veces sustituye lo tradicional, no lo complementa.

En este escenario, muchos protocolos DeFi han intentado posicionarse como “la alternativa” a los bancos. Pero lo hacen desde una lógica que no termina de encajar: hablan de “soberanía financiera”, de “autocustodia”, de “interoperabilidad”… y se olvidan de que en LATAM, el promedio no tiene tiempo ni energía para aprender a usar una wallet no custodial o estudiar qué es un pool de liquidez.

El discurso suena bonito, pero… ¿y el producto?

En el pitch deck suena perfecto: inclusión, acceso, independencia.

Pero cuando el producto llega a manos del usuario latinoamericano, se encuentra con una curva de aprendizaje, fricción tecnológica y decisiones complejas en cada paso.

Según estimaciones recientes, América Latina representa el 9.1% del valor global recibido en cripto. Sin embargo, gran parte de ese flujo no pasa por aplicaciones DeFi, sino por exchanges y plataformas centralizadas. La gente busca resolver su necesidad, no necesariamente apegarse al ideal de descentralización.

Y si eso lo resuelven desde una app custodial como Binance, Bitso o una wallet con UX simplificada, lo harán ahí. La prioridad es la usabilidad, no la arquitectura.

El auge de las stablecoins centralizadas no es casualidad

Hoy, más del 70% de las transacciones cripto en LATAM se hacen usando stablecoins. Y de esas, USDT representa más del 60% del volumen regional.

Las razones son simples: ofrecen estabilidad, liquidez y simplicidad. No requieren entender protocolos, no requieren educación previa, y están disponibles 24/7, sin burocracia, sin explicaciones.

Mientras tanto, las stablecoins locales —que podrían conectar mucho mejor con los sistemas económicos del continente— representan solo el 0.003% del total del mercado global de stablecoins. Su capitalización combinada no supera los $8.4 millones.

La desconexión entre esta narrativa y su ejecución práctica es abismal.

¿Entonces DeFi y stablecoins no tienen futuro en LATAM?

Al contrario. Tiene un futuro enorme. Pero no como lo conocemos hoy.

Para que DeFi funcione en LATAM, tiene que dejar de intentar evangelizar y empezar a resolver.

No se trata de que la gente entienda la arquitectura de los smart contracts, sino de que pueda acceder a productos financieros sin fricciones, con interfaces que les hablen en su idioma y les resuelvan problemas reales.

¿Dónde está la oportunidad?

En construir productos que:

  • Disimulen la complejidad. Que operen DeFi por debajo, pero se vean como una app común por fuera.

  • Resuelvan flujos de dinero reales: pagos P2P, remesas, ahorro, protección frente a inflación.

  • Estén integrados a medios de entrada y salida locales: on/off ramps que no requieran pasar por un exchange global o saltar de red en red.

  • Incorporen stablecoins locales o instrumentos más alineados con las monedas y realidades del país.

Crecimiento Anual Proyectado del Uso de Criptomonedas y Stablecoins en LATAM (2024-2025)

Indicador

Proyección de Crecimiento/Participación

Período

Fuente del Dato

Uso General de Criptomonedas en LATAM

47% anual

2025

Chainalysis

Participación de USDT en Operaciones Cripto

>40%

2024

Kaiko

Compras de Stablecoins (como % del total)

39% (desde 30% en 2023)

2024

Bitso

¿Y por qué no han tenido éxito las stablecoins locales?

Suena lógico: si vivimos en países con monedas frágiles, lo ideal sería tener stablecoins ligadas a nuestras divisas, ¿no? Pero la realidad pinta distinto.

Las stablecoins locales no terminan de arrancar. No porque no hagan falta, sino porque están atrapadas en una tormenta perfecta de desconfianza, falta de liquidez y barreras regulatorias que frenan su avance.

Primero, el elefante en la habitación: la preferencia por el dólar. En muchos países de LATAM, el dólar no es solo una moneda extranjera, es un refugio psicológico. En tiempos de crisis, es lo único que parece estable. Esa mentalidad se traslada al mundo cripto: si puedes tener USDT, ¿para qué querrías un token atado al peso?

Después viene la fricción: las stablecoins locales son difíciles de usar, difíciles de encontrar y muchas veces ni siquiera tienen volumen suficiente para operar con fluidez. Su liquidez es tan baja que moverlas termina saliendo caro o lento. Y si no puedes usarlas para enviar, guardar o intercambiar fácilmente, ¿para qué existen?

A eso se le suma la incertidumbre legal. En algunos países, lanzar una stablecoin local es como caminar con los ojos vendados. No hay reglas claras, y lo que hoy es válido, mañana puede ser ilegal. Para un desarrollador o empresa, eso es veneno puro.

Y aunque hay intentos interesantes (como el MXNe en México o el Criptodólar de Ripio en Argentina), la mayoría se queda en fase beta, sin lograr suficiente tracción.

¿El resultado? Las stablecoins ligadas al dólar siguen siendo las reinas. Porque son más fáciles de usar, tienen mejor integración, y sobre todo, ya están en la mente del usuario. Cambiar ese hábito no será rápido, ni sencillo.

Pero eso no significa que sea imposible.

El potencial de las stablecoins locales sigue ahí. Solo que para que florezcan, no basta con emitirlas. Hay que darles liquidez, casos de uso reales, rampas de entrada sencillas y una historia que las conecte con la vida diaria de los usuarios.

Mientras tanto, el desafío sigue sobre la mesa: ¿podemos construir una economía cripto verdaderamente latinoamericana… sin depender del dólar?

El futuro está en el producto, no en la narrativa

Algunos proyectos ya están entendiendo esto. Están construyendo soluciones que no te obligan a leer documentación técnica para usarlas. Que te permiten enviar dinero, ahorrar en dólares o pagar en comercios sin saber siquiera que estás interactuando con DeFi.

Están ocultando la infraestructura para que el valor esté en la experiencia.

Y ahí está la clave: DeFi no va a triunfar en LATAM si necesita ser entendido para ser usado.

Va a triunfar cuando la gente lo use sin saberlo.

En América Latina, la gente no busca “soberanía financiera” como concepto. Busca estabilidad. Busca escapar de la inflación. Busca mover dinero con facilidad. Busca herramientas.

La descentralización puede ser parte de la solución, pero solo si se presenta como una capa invisible que potencia la experiencia, no como un filtro que hay que pasar para acceder al producto.

La verdadera innovación en DeFi para LATAM no está en ser más purista. Está en ser más útil.

No basta con decir que se puede ahorrar sin bancos o enviar dinero sin intermediarios.

La región no necesita otra revolución… necesita soluciones que funcionen hoy.

El verdadero reto no es técnico, es cultural, económico y narrativo.

Y quien lo entienda, no solo va a capturar un mercado: va a cambiar una región.

Esa fue la premisa que nos llevó a investigar más a fondo.

Aquí puedes descargar el primer reporte creado por Web3nCorto Research, nuestra nueva ala de investigación.

Este reporte analiza el estado actual de las stablecoins en Latinoamérica y por qué las opciones locales aún no despegan. Exploramos datos, casos reales y las barreras que impiden su adopción frente al dominio de las stablecoins dolarizadas. 👇

Stablecoins en LATAM_ Refugio Financiero ante la Inflación y Mecanismo Eficiente de Pagos Transfronterizos - Web3nCorto Research.pdf1.01 MB • PDF Archivo

Preguntas Frecuentes (Q&A): La Narrativa InfoFi en Web3

1. ¿Qué son las stablecoins?

Son criptoactivos diseñados para mantener paridad (normalmente 1:1) con el dólar u otro activo, lo que les da la estabilidad que falta a monedas locales afectadas por inflación y controles de capital. En la región funcionan como refugio de valor digital y como dinero líquido 24/7 para mover pagos y ahorro.

2. ¿De verdad están despegando?

Sí. En 2024 más del 70 % de las transacciones cripto en la región se hicieron con stablecoins y, solo USDT, concentró alrededor del 60 % del volumen. Además, Chainalysis proyecta que el uso total de cripto en LATAM crecerá 47 % anual en 2025, con las stablecoins a la cabeza.

3. ¿Por qué dominan USDT y USDC frente a las stablecoins locales?

El dólar sigue siendo el “colchón psicológico” de la región; la liquidez global de USDT/USDC y la falta de reglas claras para tokens atados a pesos o reales hacen que la gente elija lo conocido y fácil de usar. Las emisiones locales sufren baja liquidez, poca integración y riesgo regulatorio, así que no despegan.

4. ¿Cómo ayudan contra la inflación y la devaluación?

En economías como Argentina o Venezuela, donde la inflación anual superó 200 % y 80 % respectivamente, los ciudadanos guardan salario y ahorros en USDT o DAI para no perder poder adquisitivo. En exchanges locales el 50 % (o más) del volumen ya es stablecoins.

5. ¿Sirven también para remesas y pagos internacionales?

Sí. En el corredor EE. UU.–México ya se envía cerca del 30 % de las remesas vía stablecoins, bajando la comisión típica del 6 % a menos del 1 % y liquidando el dinero en minutos en vez de días. Freelancers y pymes usan el mismo mecanismo para cobrar servicios en dólares sin bancos intermedios.

6. ¿Cuáles son los riesgos más grandes?

Pérdida de paridad (de-peg) como el caso TerraUSD, hackeos y estafas que en 2024 robaron más de 2 200 M USD, y fraude de identidad en exchanges. Además, la transparencia de reservas varía: USDT publica atestaciones, pero aún sin auditoría completa; USDC es más estricto, pero igual depende de un emisor central.

7. ¿Cómo va la regulación en los países clave?

Brasil ya tiene una Ley de Activos Virtuales y discute un proyecto específico de stablecoins; Argentina obliga a los exchanges a registrarse como PSAV; México opera bajo la Ley Fintech y el Banco de México limita las actividades con cripto; Colombia, Perú y Chile avanzan con marcos graduales centrados en prevención de lavado.

8. ¿Qué viene después para las stablecoins en la región?

Si persiste la inflación y mejoran las rampas de entrada, la demanda seguirá subiendo: analistas esperan que la capitalización global de stablecoins pase de 240.000 M USD a 2B USD para 2028. El futuro combinará tokens privados, posibles CBDC y mayores integraciones con redes de pago como Visa para llevarlas al día a día.

Descargo de responsabilidad: Todo el contenido compartido en este Newsletter "Web3 En Corto" es solo para fines informativos y educativos. No constituye asesoramiento financiero, legal, fiscal, de inversión o cualquier otro tipo de consejo profesional.